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A  fin de tener un tiempo significativo con Dios, debe estar libre de culpa y de las tinieblas del pecado. Pídale  a Dios, el Espíritu Santo, que le revele cualquier pecado en su vida y luego confiéselo,  "póngase de acuerdo con Dios" en relación a ese pecado. 

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Después de confesar cualquier pecado que el Espíritu Santo le revele, ríndale a Cristo nuevamente el control de su vida y aprópiese por fe, de la llenura del Espíritu Santo. Existe una verdad extremadamente importante que debes saber y recordar siempre: La confesión y el arrepentimiento son el único camino a una vida de libertad del poder del pecado. 

 

La palabra griega de la que se traduce confesión es homologeo, que significa homo=mismo y logeo=hablar; lo cual quiere decir,  hablar lo mismo.  Confesión es simplemente estar de acuerdo con el Espíritu Santo cuando nos dice: “Esa actitud no estuvo bien”, “Paga ese dinero que debes” o “pídele perdón a aquella persona que ofendiste”. No hay necesidad de debatir, discutir o excusarnos, simplemente nos toca aceptarlo. “Tienes razón Señor, perdóname, estoy mal en lo que dices…, lo siento, no debí hacerlo,  y limpia mi corazón Señor…”.

Puede utilizar el Salmo 51 como su oración: "Ten misericordia de mí Dios de acuerdo a tu perfecto amor; conforme a tu gran compasión borra mis transgresiones. Lava mi iniquidad y límpiame de mi pecado."

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Importante: La oración de confesión debe incluir la aceptación del perdón: “Señor, Tu Palabra dice que si confieso mis pecados, Tú eres fiel y justo para perdonarme y limpiarme de toda maldad, así que creo y acepto esta promesa, acepto tu perdón pues cumplí con mi parte de confesarlo y sé que eres fiel para cumplir con tu perdón”.

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