"VETE Y NO PEQUES MAS" (Juan cap. 8: 1-11)

Al igual que los fariseos y religiosos en los días de Jesús, todos aquellos que de alguna manera son tentados a juzgar las faltas del prójimo, a menudo, están especialmente preocupados de mirarse a sí mismos. Este es el asunto por el cual Jesús vino al mundo, para llevar a los pecadores al arrepentimiento, no sólo al acusado, demostrándole su misericordia, sino también a los acusadores, haciéndoles ver su pecado. Ellos pensaron tenderle una trampa, Jesús en cambio, procuró convencerlos y convertirlos al mostrarles su pecado. Cuando Cristo mandó irse a la mujer acusada de adulterio, lo hizo con esta precaución:"VETE Y NO PEQUES MÁS"! Esto nos dice que, el fango y la miseria del cual somos liberados los pecadores, nos advierte que no pequemos más habiendo sentido ya el aguijón del pecado. (1 Juan 3:8-9) Cristo vio, que era necesaria esta advertencia, porque es muy frecuente que la gente "prometa mucho" cuando está angustiada pero cuando están recién liberados de sus pesares y angustias, "cumplen solo algo" y después de un tiempo, "olvidan todo" La Biblia dice: "¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:21-23) Estimado amigo (a): Si no has puesto aún tu fe en Cristo como tu Señor y Salvador, entonces estás muerto espiritualmente, separado de Dios y bajo condenación eterna. Pueda que incluso, seas muy religioso y sin embargo, carecer de una relación personal con Jesucristo, pero Dios en su misericordia, te ofrece hoy la salvación eterna por medio de su unigénito hijo Jesucristo, si aceptas su sacrificio en la cruz del calvario, como pago suficiente por todos tus pecados. Debes saber, que a cualquier pecador que contrito y humillado sinceramente clama por el auxilio y el perdón, del tierno Salvador, mostrará su fe recurriendo a ÉL sin demora. ¡No tardes más, trae todas tus angustias, miserias y pecados a Cristo! Ciertamente, felices son aquellos a quienes Cristo no condena y sus pecados ya le han sido perdonados! Amen.